Hay un ingrediente secreto que crea comunidad más rápido que cualquier otra cosa: admitir nuestros errores. Pero ¿por qué alguien correría el riesgo de ser honesto? Porque vale la pena. Dios dice que hay cuatro beneficios de ser honesto respecto a nuestros errores, nuestros sentimientos, nuestros defectos y nuestros miedos.
1. Sanación emocional La Biblia dice en Santiago 5:16: “Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados” (NTV).
Hay una gran diferencia entre el perdón y la sanación emocional. Si necesita perdón por algo en su vida, todo lo que tiene que hacer es confesarlo a Dios. La sanación emocional proviene de contárselo a alguien más.
2. Un nuevo comienzo Proverbios 28:13 dice: “Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón”.
Una de las cosas más útiles que puede hacer en su célula es ayudar a las personas a perdonarse a sí mismas. Mucha gente necesita que alguien le diga: “¿Usted lo ha admitido ante Dios? Entonces está perdonado. ¿Lo ha confesado? Entonces está perdonado. Déjelo ir.”
3. El poder de Dios para cambiar “Humíllense delante del Señor, y él los levantará con honor” (Santiago 4:10 NTV).
¿Cómo funciona esto? La Biblia dice que Dios resiste a los soberbios, pero que da gracia a los humildes. La gracia de Dios es el poder para cambiar. Cuando usted obtiene la gracia de Dios, puede cambiar las cosas que siempre había querido cambiar en su vida. Pero esto solo se logra mediante la humildad, y la humildad viene mediante la honestidad.
4. Compañerismo más profundo La Biblia dice: “Pero si, al igual que Cristo, vivimos en la luz, entre nosotros habrá compañerismo” (1 Juan 1:7a NBV).
Pensamos que, si somos abiertos acerca de nuestros miedos, complejos, imperfecciones y defectos secretos, la gente va a mirarnos con malos ojos. ¡Al contrario! En realidad, mientras más honesto es usted, a más gente le cae bien y quiere estar con usted.
Muchos de ustedes se han dado cuenta: “Mi vida está arruinada. Tengo serios complejos, malos hábitos, malas respuestas y malas relaciones. No hay manera de que pueda admitir todas las cosas malas en mi vida”.
Dios quiere convertir su dolor en sanidad. Luego él quiere usarlo en las vidas de otras personas. Él está esperando a que usted se rinda.
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