Dios lo ha configurado de modo que cuando usted ayuda a otras personas a crecer, Dios lo ayuda a crecer a usted. En ningún otro momento crece más rápido que cuando está en comunión con otros creyentes y se motivan unos a otros en su compromiso de seguir a Jesucristo.
La Biblia dice en 1 Timoteo 4:7: “Más bien, ejercítate en la piedad” (NVI). ¿Cómo se mantiene uno entrenando para una vida piadosa? Permanece en una célula y consigue un compañero espiritual. ¿Ha notado que siempre es más fácil entrenar cuando lo hace con otra persona? Necesita alguien con quien caminar a lo largo de su camino de fe y necesita hacer el mismo compromiso con otras personas.
Nada afecta su vida más que sus compromisos. Dígame con qué está comprometido y yo le diré lo que será en 20 años, ya que usted se está convirtiendo en aquello con lo que se compromete. ¡Sus compromisos moldean su vida! Y si no está comprometido con nada, entonces otras personas están dando forma a su vida.
Sus compromisos no solo afectan el aquí y ahora; también afectan la eternidad, porque cada elección que hace tiene consecuencias eternas. Es por eso que la Biblia dice en Romanos 1:12: “Cuando nos encontremos, quiero alentarlos en la fe pero también me gustaría recibir aliento de la fe de ustedes” (NTV).
Esa es la razón por la que usted necesita una familia en la fe y esa es la razón por la que necesita una célula. ¡Nos ayudamos unos a otros!
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